Parque Natural de Pagoeta

El Parque incluye, como núcleo central, las fincas de la Diputación Foral de Guipuzkoa, Pagoeta y Altzola, junto con las cabeceras de los arroyos Manterola y Almizuri y las estribaciones de la cumbre de Pagoeta.

La zona, situada entre la costa y los valles interiores, posee un relieve muy abrupto, con fuertes diferencias de altitud. La vegetación más representada son los bosques naturales. A continuación se encuentran los matorrales, con importantes zonas de pastos en las áreas más altas y los prados en el entorno de los caseríos. Las repoblaciones tienen también una apreciable importancia, destacando las situadas en la margen izquierda de Altzolaras erreka.

La variedad de ambientes hace que la zona tenga una elevada riqueza faunística. Destacan diversas especies incluidas en el Catálogo de Especies Amenazadas del País Vasco, como el alimoche, el lirón gris, el halcón peregrino, el abejero europeo y la culebrera europea.

Desde hace años la finca de la Diputación funciona como un Parque Forestal donde se desarrollan diversas labores de conservación de la naturaleza y educación ambiental. Son diversos los equipamientos existentes, destacando el centro de acogida de Iturraran, el albergue y escuela de la naturaleza, un colmenar didáctico, un arboreto-fruticeto con más de 1.300 ejemplares, diversas áreas recreativas y la ferrería de Agorregi.

El Parque Natural de Pagoeta tiene una superficie de 1.335 hectáreas, y las cumbres de Urruztume y Pagoeta conforman el techo del mismo. Partiendo de este entorno, se suceden los hayedos que, aquí y allá aparecen salpicados por tejos o acebos. En el flanco sur del parque, sin embargo, se encuentra el valle de Altzolaras.

Éste constituye un auténtico oasis de calma y sosiego jalonado por cuevas prehistóricas y barrancos tapizados por bosques autóctonos. Además de su variada fauna y flora, Pagoeta cuenta con un rico patrimonio cultural en el que destaca el recuperado complejo hidráulico de Agorregi, compuesto por la ferrería, tal y como fue reformada en el siglo XVIII, y el molino adyacente.

Así mismo, sobresalen los monumentos megalíticos y las antiguas neveras que acompañan al cordal. Por último, merece especial atención el jardín botánico situado en Iturraran, ya que en él se pueden observar especies procedentes de los cinco continentes.

Más información www.gipuzkoanatura.eus