Parque Natural de Aralar

Mágico y sugerente, el Parque de Aralar, con sus macizos calizos, sus ríos y manantiales, de rica vegetación y fauna, con sus mitos y leyenda, cautiva con irresistible poder a propios y extraños.

El Parque Natural de Aralar se encuadra en una de las áreas montañosas más importantes en cuanto a altitud, extensión, usos del suelo y valores naturales del País Vasco. Se encuentra situado al sudeste de Guipúzcoa, limitando con el sector navarro de la misma sierra, siendo una referencia paisajística de primer orden. La ascensión a las cimas requiere cierta práctica montañera.

El núcleo del macizo está dedicado a pastos, que son utilizados de manera extensiva por una importante cabaña de oveja “latxa”. Cerca de cincuenta pastores tienen distribuidas por toda la sierra sus chabolas y majadas, donde habitan durante los meses que el ganado está en el monte, normalmente de finales de mayo a noviembre. Esta utilización pastoril se remonta a varios miles de años y prueba de ello es la concentración de monumentos megalíticos que existente: dólmenes, túmulos, cromlechs y menhires.

En el interior del Parque se encuentran algunas áreas de notable singularidad y valor natural como son: el hayedo de Akaitz, famoso por su gran cantidad de tejos, el lapiaz de Pardarri y las laderas y barrancos de la cara norte de Txindoki, con especies de flora y fauna muy singulares, el cresterío del “domo de Ataun”, el valle de Arritzaga y el circo glacial de Pardelutz, de interés geológico excepcional, importantes bosques de frondosas, etc.

Es habitual ver sobrevolar la zona al buitre leonado, al alimoche, al águila real e incluso al quebrantahuesos. En los cursos de agua que descienden de la sierra es posible encontrar ejemplares de visón europeo y desmán del Pirineo. El Parque Natural de Aralar posee una importante vocación de cara al ocio y el recreo. Los propios pueblos y caseríos del entorno, representativos de la campiña guipuzcoana, son en sí mismos, importantes atractivos de Aralar para el visitante en general.

La presencia de cimas tan conocidas como Txindoki o los amplios pastizales de altura con presencia de monumentos megalíticos son muy interesantes para el montañero. Varios Grandes y Pequeños Recorridos de la Federación de Montaña (GR y PR) están balizados como itinerarios montañeros, además de las conexiones peatonales entre las áreas con equipamiento recreativo. En el puerto de Lizarrusti se ha construido el Parketxea, que consta de centro de información y albergue.

El Parque Natural de Aralar tiene una superficie de 10.971 hectáreas y la cima del monte Ganbo (1.412 m) ostenta la mayor cota en su parte gipuzkoana. Aralar es una gran meseta caliza emergida hace 50 millones de años y horadada por multitud de simas, cuevas y ríos subterráneos. Además, una cuarta parte de la superficie del Parque está cubierta por hayas. La mayor parte de ellas se encuentran en la zona situada entre el puerto de Lizarrusti y Balankaleku, formando el hayedo más extenso de Gipuzkoa, una joya de nuestro patrimonio natural.

Junto con el terreno calcáreo y el hayedo, el protagonismo es para los pastos que, desde hace al menos 5.000 años, alimentan la cabaña ganadera y la cultura pastoril, santo y seña de Aralar: pastizales, rebaños, majadas, dólmenes como Jentilarri y queso de Idiazabal. Pero el pastoreo no ha sido la única actividad realizada por el hombre en la zona, ya que los recursos existentes no han pasado desapercibidos. Así, además del pastoreo, cabe destacar tanto la actividad minera como la explotación forestal.

Más información en www.gipuzkoanatura.eus