La Iglesia del Sagrado Corazón es el lugar donde, a finales del XIX, la Compañía de Jesús instaló su nueva residencia con iglesia adjunta incluída.
Es obra de José María Basterra, arquitecto especialista en este tipo de construcciones, y se trata de un templo de estructura neogótica, en ladrillo y piedra, con un interior resuelto con ornamentación de tipo bizantino.
A finales del s. XX se desmontaron los dos pináculos originales de las torres de la iglesia por el peligro de desprendimiento, ejecutándose también una limpieza de su singular fachada.