El año 1893 se construyó una pasarela provisional de madera que permitiera el acceso directo desde el centro de la ciudad a la Estación del Norte, la plaza de toros o el velódromo.
El puente definitivo fue inaugurado el 20 de enero de 1905, festividad de San Sebastián.
El puente destaca por los cuatro obeliscos monumentales, ubicados en sus extremos, de 18 metros de altura y coronados por grupos escultóricos.