Este edificio fue ordenado construir por Fernán López de Escoriaza y su mujer Victoria de Anda y Esquivel a mediados del siglo XVI. Por su riqueza arquitectónica y ornamental, se trata de uno de los mejores ejemplos de la arquitectura civil renacentista.

Fernán López de Escoriaza fue médico del rey Enrique VIII de Inglaterra y de su esposa Catalina de Aragón.

Construido con piedra de mampostería, el interior esconde un espectacular patio cuadrado de doble arquería superpuesta en tres de sus lados y una escalera. Los capiteles y medallones de las columnas están ricamente adornados.

Cabe destacar la fachada principal, frente a una plazuela, en la que sobresale la portada plateresca.